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domingo, 17 de julio de 2011

Lágrimas Vinotinto




Todavía está fresco en mi memoria aquel Venezuela 0-2 Colombia del 15 de diciembre del 96, partido jugado en San Cristóbal camino al mundial de Francia 98. El algún pasaje del partido, un disparo venezolano pegó en el travesaño, provocando un caudal de lágrimas por la emoción, la tristeza y la impotencia. Con apenas 9 años, ya la pasión por la Vinotinto era expresada de diferentes maneras. Y así siguieron el resto de los partidos, así transcurrió el tiempo, en medio de dolorosas derrotas, de humillaciones, de burlas, pero nos mantuvimos, confiando en que algún día todo podría cambiar. Fue hasta aquella victoria 2-0 sobre Uruguay en el 'Pachencho' Romero, como espectador, cuando supe que todo cambiaría.

Hoy, es imposible no pensar en el pasado y compararlo con el presente. La Vinotitno venció 1-2 a Chile y avanzó a semifinales de la Copa América. Si, a semifinales. Los muchachos dirigidos por César Farías dieron una nueva muestra de pundonor, coraje, garra, compromiso y sobretodo confianza en sí mismo. 

Ahora si, luego de drenar sentimientos encontrados, vamos a lo futbolístico. Venezuela logró superar a una selección Roja llena de calidad técnica, de esas que mostró buen fútbol continuo durante todo el certamen. Pero, para el lamento de ellos, se toparon con un equipo inspirado, que demuestra no ser inferior a nadie y que en el campo demuestran una valentía indescriptible.

Con Tomás Rincón como líder enérgico y Juan Arango empujando con su veteranía, los nuestros mostraron  variantes tácticas, más allá del mismo parado en la cancha y de los efectivos dentro de la misma. El sacrificio fue arma fundamental, el cuidar cada pelota que se ganaba, buscando el arco sin desesperación, buscando triangulaciones, paredes y pases largos, pero sobretodo intentando tocar la esférica.

El balón parado, ese que sufrimos y gozamos en el 3-3 ante Paraguay, fue fundamental para marcar la diferencia definitiva. Vizcarrondo, líder de la zaga, aprovechó su altura para anotar el primer tanto venezolano. Sin embargo, Chile logró emparejar el marcador luego del asedio constante durante un buen tramo del encuentro. Pero no todo estaba escrito, cuando muchos ya pensaban en otro tiempo extra, apareció Gabriel Cíchero para empujarla y darle el pase a la Vinotinto a la semifinal.

Venezuela está inspirada, y cuando un equipo tiene los ánimos y la confianza por las nubes, es difícil de parar. Ahora toca Paraguay, otra vez Paraguay. Será el próximo miércoles en la provincia de Mendoza, será un día para escribir una nueva y exitosa página en la historia del fútbol venezolano. 

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